Vega y Altair

Extraño el canto de tu dulce voz, extraño tu sonrisa y las miradas que dedicabas para mí. Extraño el dulce equipo que hacíamos ¿lo recuerdas? Siempre estando juntos de un lugar a otro. 
Trato de no pensar en tí porque cuando lo hago no puedo evitar el llanto, tu ausencia me carcome. 

Dicen que perder a una pareja es lo más doloroso y aunque no pretendo minimizar su sufragio, creo que aún no han experimentado lo que es perder a una amistad tan cercana. Esa persona con la que existía un lenguaje exclusivo, donde con una mirada o tan solo un suspiro se decían toda una trama. 

Eso tenía contigo, nuestros corazones palpitaban al mismo tiempo y nuestros acordes nunca desafinaron. Tú las notas altas y yo siempre las bajas, creo que siempre fuiste alguien que salía a relucir. Constantemente me pregunto cómo será cuando te atrevas a mostrar tu potencial a toda su capacidad y dejes de esconder tus habilidades. 

Recuerdo nuestros momentos juntos porque eso es lo único que me quedó de ti, jamás volveré a escuchar tu voz y no te veré llenar los escenarios cuando hagas tus asombrosas presentaciones. Dijiste "por siempre juntos" y ahora no te veo por ningún lado, hasta tu sombra te siguió cuando te fuiste. Ahora mis manos están frías y el verano de tus dedos se disipó antes de transfigurarse al otoño, tus cartas a veces me recuerdan lo que significa la canícula, pero sé que mis recuerdos solo son atisbos de lo que fue en realidad. 

Ya viví como es conectar con alguien y fue asombroso, tú fuiste pasmoso, pero ahora te has ido. Encontraste en alguien más lo que no hay en mí y aunque me siento feliz por ti, también me tengo un poco de rencor por no encajar en tu molde. Tu buscabas algo en mí que no existía, me esforcé por pintarme de tus tonalidades preferidas pero mi pintura no te transmitió nada. 

Creo que nuestro cariño no fue impermeable a las lloviznas, el aire se llevó nuestras promesas y el anochecer me mostró los últimos rayos de ti. Sé que no vas a volver y por lo mismo no le encuentro sentido a seguir pensándote, pero me temo que es involuntario. 

Y sé que soy egoísta por querer que permanezcas a mi lado, no te detuve cuando quisiste marcharte, pero eso no quita que me duela. Traté de tocar tus canciones, ser de mente ignorante y que la demencia me impidiera reconocer tus notas, pero el alma no se come las mentiras así de fácil, el temblor de mis manos aumentó y mis lágrimas no cesaron durante toda la noche. 

Vega y Altair pueden cruzarse una vez al año. Nosotros no. Marcamos nuestro final, no pertenecemos a la misma galaxia. 

Y sí, tengo a mis amigos que no tardaron en recibirme. Ellos me enseñaron a no arrodillarme por unas gotas de cariño y me pregunto si tú amas tan bonito ¿por qué ese amor no pudo corresponderme? ¿en qué influye la conexión que sí sientes por él? ¿eras mi penitencia por mis anteriores tropiezos? 

Y aunque es ingenuo esperar por tu aparición en mi cumpleaños, es algo que sigo esperando. No estás al final del arcoíris, pero seguiré tomando mi paraguas para encontrarte al final del recorrido. Tal vez en el camino aprenda a dejarte atrás. Te veo embarcar a otro continente, por favor llámame cuando llegues a tu destino, incluso si no son mis brazos los que van a recibirte estaré tranquilo al saber de tu felicidad. Tal vez así debía terminar o tal vez ni siquiera debió existir un comienzo y por ello nos han apartado. 

Comentarios