Borrador: otra vez tú

" No temas porque la luna deje de alumbrarte con su brillo durante la noche, yo siempre estaré a tu lado con una linterna en manos. 

No temas porque en tu jardín dejen de crecer las flores porque permaneceré detrás de tí con semillas en la mano para dar otra oportunidad al sembradío. 

No te preocupes por que la tinta deje de fluir dentro de tu bolígrafo, porque yo siempre tendré tizas de repuesto para nosotros. 

No temas porque mientras yo exista, tu soledad jamás será perpetua". 

Rigel, 2021

Ya no te veo por las mañanas y esos ojos que me daban aliento después de un largo día, ahora voltean en otra dirección. Esa dulce voz que me parecía tan hogareña solo es audible a la distancia de vez en cuando. Ahora tu esencia es una brisa casi imperceptible que me golpea cada vez que encuentro a alguien con el mismo humor que tú. Las anécdotas se volvieron manchas de recuerdos y ante el tiempo nosotros hemos desaparecido. Ya no pertenecemos al mismo conjunto. Nos tenemos a solo un paso de distancia entre cuerpo y cuerpo, pero nuestras almas ya no pueden reconocerse como solían hacerlo. 

Intenté pasarlo por alto, pensé que si me mantenía ignorante a tu ausencia entonces alguna vez tu presencia solo sería un mito entre los rincones de mi mente. 

Quise correr hacia ti en cuanto me percaté que ya habíamos terminado, pero sabía que no iba a encontrar algo convincente para hacer que te quedaras y si te soy honesto, tus alas lucen preciosas ahora que están fuera de la jaula. Verte volar en libertad me llena de alegría. 

En ese entonces no lo supe manejar, tomaste tus maletas y no te tomé en serio hasta que no volviste. 

Pensé que era una cuestión de días, como las veces anteriores, pero tú mismo lo habías dicho: si me voy, ten en mente que será la última imagen que tendrás de mí y así fue. Un par de veces te llegue a encontrar dentro de los rasgos de otras personas, pero no eras tú. Te busqué en ti mismo, pero ya te habías marchado y mis lugares por buscarte se agotaron, ya no existes. 

Y eso no es algo malo, la gente cambia. Tú cambiaste al igual que yo. O tal vez seguimos siendo los mismos, pero jamás podrá existir otro nosotros entre ambos. Es momento de aceptarlo, mi mejor amigo se volvió una nostalgia que me pesa diariamente. 

"Si algún día dejamos de ser cercanos, escríbeme. Probablemente yo también estaré buscándote". 

Tan simple como eso. Tomar el teléfono, teclear letras con coherencia, ser honesto y esperar. 

¿Esperar qué? 

Han pasado meses, ¿en verdad esto será factible? Ya sé que no es así. No tengo las palabras más allá de un "te extraño" y sé que necesito más que eso. Intento volver a ti, volver a aquel chico que me enseñó que el otoño no es malo por la ausencia de colores sino por las personas que no saben apreciar una pausa para respirar. Intento recuperarte porque cuando ya no se tiene nada que perder nos volvemos más valientes. Estamos en las ruinas y pensamos que no podríamos estar peores, pero se nos olvida que a veces así es como debe de ser. Debemos permanecer distanciados, es lo racionalmente correcto cuando sabemos que, si no seguimos de ese modo las ruinas se convertirán en polvo y quedará algo peor que un mal recuerdo: quedará el vacío. 

Intenté no insistir con esto, te prometo que lo hice. Luego apareció tu nombre en cada lugar al que miraba. No encuentro como traducirte el deseo latente de escribirte por el que paso por las noches. Tampoco sé cómo explicarte que tu sombra me sigue a escondidas. Me encuentro con tus amigos por las calles, paso por otros caminos y entonces te encuentro a ti. 

Escribirte solo para recordarme que solo es un deseo imposible de cumplir. Tu regreso rebasa los límites de lo imposible. Así que vuelvo a aquel lugar donde era nuestro sitio, escucho nuestras canciones y tu aroma pasa disimuladamente a mis alrededores. Cada vez es más imperceptible, creo que empecé a olvidarlo. Olvido los detalles sobre tí, pero tu existencia no pasa desapercibida por mi mente. 

Me aterra que te vayas también de mis recuerdos, porque es el único lugar donde aún existes. 

Así que seguiré redactando textos en tu nombre para nunca permitir que los leas. Temo que ni con mis enredosas palabras logres recordar tu amor por mí. 

Nuestro lienzo se despinta con el tiempo. Pronto no habrá evidencia de nuestros trazos. 

Esas noches que pasamos juntos y esos chistes que nos pertenecieron, se esfuman. 

"Por ti lo intentaría una y otra vez. Porque sé que, si te alejas, no habrán cielos despejados". 

Me estoy acostumbrando a vivir entre las nubes. Yo realmente no quería perder a mi mejor amigo. Gracias por la lección que me has dejado, desearía que no hubieses sido tú quien vino a enseñármela.

No puedo escribirte, temo no ser bienvenido pero cada vez que una tormenta amenace tu día, siempre puedes voltear a tu lado. Yo siempre te cederé mi paraguas.  


Comentarios