Borrador, la autoexigencia


Tengo el nudo en la garganta y aun no consigo llegar al llanto, las palabras están en mi vocabulario pero he olvidado como emplearlas. Tengo corazón, ¿pero ya de qué me sirve si después de tí no podré amar correctamente? Y las canciones aún murmullan tu nombre entre líneas pero ya no me place igual. Ya no toco el piano para tí, no debí manchar mis acordes con tu voz.

Eres el dolor que no podré expresar, la pintura que nunca llegará al lienzo, ese dulce agrio que detesto. Pero debo reconocer que también eres ese abrazo que necesito.

Quiero hablar de ti, contigo.

¿Puedo ser estúpido y pedirte una explicación antes de aceptar tu partida?

Dime porque con ellos sí y conmigo no. Querías algo bonito y eso te entregué pero lo dañaste, regresaste mis copas con grietas y pretendes que siga bebiendo ahí, ¿no te das cuenta de que ya no sirve? Y por supuesto que puedo hallar amor en otra parte pero entiende que yo lo quería de tí. Dices que merezco algo mejor pero ¿porque no te esforzaste por ser tú esa persona?

Creo que solo eres esa piedra que terminó por hundirme en el mar.

¿Por qué tengo que sentirme tan insuficiente? Todos tienen a su "mejor amigo" pero yo nunca quedo en el primer lugar. Y me esfuerzo, diario doy lo mejor de mí por pertenecer a algún lugar pero sigue sin dar resultados. Conforme pasa el tiempo, me he dado cuenta que solo soy el amigo que sirve para dar halsgos interminables pero yo no tengo permitido sentirme mal porque ¿Quién quiere a alguien que no le aporta nada?

Soy el chico del proceso, soy el que los confunde de estar o no enamorados pero nunca alguien está seguro de querer algo fijo conmigo. Soy el chico que no va mas allá del capricho. Soy al que tal vez quieran, pero jamás se atreven a mostrar sus cartas por mi. 

Normalmente estoy bien con ello, pero hay pensamientos que no me puedo quitar de encima. 

Y es que empecé a detestar tanto ser yo mismo que me obsesioné con convertirme en otra persona. Me dejé llevar de si estaba demasiado gordo, de si era muy callado, de si ers alguien al menos un poco atractivo. El odio repulsivo a ser el que comía solo me generó la ambición de conocer a más personas solo para darme cuenta que no pertenezco a ningún lado. 

Me obligo a ser positivo conmigo mismo, pero estar con una sonrisa y un optimismo todo el día me deja con noches llenas de insomnio. Horas donde sigo contando defectos en mi persona, minutos donde pienso que mañana lo tengo que hacer mejor. 

¿Hoy me excedí? 
¿Fui demasiado meloso? 
¿Debí ser más distante? 
¿Por qué sigo siendo tan molesto? 
Mañana seré un buen amigo. 
Mañana seré un mejor hermano.
Mañana me convertiré en el hijo prodigio. 


Mañana, aprenderé a ser perfecto

Comentarios