Me pregunto si tú pides un pan de
chocolate para acordarte de mí tal
como por las mañanas sigo pidiendo
un jugo de fresa por ti.
Sé que no es así, mi nombre ya no
recorre los senderos de tu mente
mientras que yo aún te tengo
presente en cada aspecto de mi vida.
Eres mi musa en cada poema,
te convertiste en los sentimientos
que transmito con rimas y palabras.
En cada dibujo,
eres mi paleta de colores preferida.
Te encuentro también en las letras
de mis canciones favoritas, llámame
masoquista pero el artista que te
encantaba lo escucho a diario.
Nuestra canción trae a mí
lo que tu ausencia me arrebata.
Ojalá algún día deje de extrañarte.
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